martes, 10 de octubre de 2006

Opositar en Asturias y otras leyendas urbanas

En el año y poco que llevo aquí, conocí a varios opositores de los que no salen de la biblioteca y de los que llevan media vida opositando y, a veces, trabajando. Mi experiencia respecto al tema se reduce a haber ido dos veces a dichos exámenes. La primera fue tras obtener la licenciatura y de pardilla con la idea de “a ver que mi madre son las oposiciones” y la segunda, este año, con alguna idea más de por dónde iban los tiros gracias a estos mozos. Siempre se comenta que la mejor manera de entrar en el mercado laboral es mediante oposiciones, pero mi experiencia y la de esta gente me dice que no. Porque esto es como todo, no basta romperse los cuernos estudiando o lo bueno que seas, siempre y cuando no tengas un “padrino” que te acomode. Por ejemplo, el caso de un particular: con más puntos de experiencia que en la anterior convocatoria, nota en examen y demás, resulta que lo pasan en la lista de interinos unas 40 personas o alguna más que nadie conoce. ¿Cómo pasó esto? Fácil, por un lado las listas cerradas de la gente que accedió a los exámenes, por otro, la de la gente que consiguió entrar en la lista nueva y por último, los que metieron a dedo donde les salió del forro a quien le salió de los mismos.
Hoy hay aquí una presentación de un estudio sobre la juventud de las cuencas: lo apalancados, acomodados y panchos que estamos frente a lo que tradicionalmente se conoció en esta zona. Me surge una duda: ¿cómo no vamos a estar en esta situación si de primera mano nos encontramos con esto cuando queremos empezar a trabajar? La otra opción es meterte donde cuadre cobrando menos de 400 euros al mes por currar de ayudante del ayudante de lo que sea unas 14 horas diarias, porque si no quieres tú este trabajo, ya lo cogerá otro. La situación es penosa y lo peor de todo, es que este paisano del estudio de abajo, tiene razón. Hace 50 años, ya se habría quemado no sólo a los que se autoproclaman sindicalistas si no también al gobierno regional entero, que permite cacicadas dignas de matón de villa decimonónica. Aun así, Asturias aun necesita cubrir con la inmigración miles de puestos de trabajo. Claro, estos sí que ponen buena cara ante esos 400 euros y un seguro de media jornada pese a trabajarla entera.
Cómo no vamos a marchar lejos...

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