jueves, 11 de enero de 2007

Liberación de la mujer

Es un prototipo el recordar del movimiento feminista y la revolución-liberalización de la mujer el hecho de quemar/quitarse el sujetador. Sinceramente me parece una soberana gilipollez porque cada una es digna dueña de decidir a qué altura quiere tener el escote, pero la actual sociedad es lo que está reclamando de las mujeres con tetas, es decir, aquellas que usan algo más que una talla 95 de las de antes. Y es que volvemos a la eterna jodienda de los creadores de ropa: la reducción de tallas con las mismas etiquetas de antes. Y luego dicen que hay anorexia, como para no haberla. He adelgazado 6 kilos y mis "antiguos" sujetadores me quedan grandes. Talla 95 de hace un año. Voy a comprar otros nuevos a las habituales cadenas de lencería y grandes superficies -porque fueron varias tiendas- y me encuentro con que la mayor de las tallas a la venta, la 100, no me sirve ni de lejos. Ahora resulta que por tener "algo" que mostrar en un pronunciado escote estamos condenadas a utilizar sujetadores de las welas porque son los únicos en los que entra el parachoques y es jodido, porque no hay nada más horrible que un sujetador para una "señora" -entrecomillado por referirse a determinado segmento femenino comprendido entre los 60 y los 100 años-. Que a todas las mujeres nos gusta la lencería es un hecho, y la que diga que no, miente, así que habría igual mercado para mujeres tabula-rasa como para mujeres de verdad. La cuestión es la de siempre y en la ropa interior un hecho: a menos tela más cara es la pieza. Pero... ¿si hay que poner más tela para que le sirva a una mujer más corpórea? Claramente se pierde pasta, y no es porque lo vendan barato precisamente. No me extraña que Mariah Carey luzca esas "colgadiellas" -más delgadita a veces con menos "colgadiella", más rellenina en otras con espectáculo dantesco incluido-, aunque no hay que dejar de reconocer que la tía "tiene cojones" o eso o acusa la reducción de tallaje. Yo nunca haría lo de esta mujer porque para mi es estéticamente horrible, pero eso es otra historia que debe ser tratada en otro momento, como decía Tolkien en la Historia Interminable. Sin duda y como bien escuché un día, "a todas con el paso del tiempo nos afecta la ley de la gravedad: se te caen las tetas, se te cae la barriga, se te cae el culo" -palabras textuales salidas de UniOvi- y que podemos "recauchutar" utilizando los elementos adecuados.
El día que encuentre un puñetero sujetador digno de una persona joven en el que entre sin necesidad de pesar 35 kilos en mojado, lo proclamaré Día Internacional del Bello Escote y para mi será fiesta. Mientras tanto recurriré al cruzado mágico grecorromano clásico y procederé a comprar varios metros de lazo en varios colores para tener variedad junto con lienzo para hacerme una pieza a mi medida.

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