lunes, 14 de mayo de 2007

Animal político, animal apolítico

Es un hecho constatado que cada sociedad constituida en base a múltiples elementos, para obtener una gobernabilidad funcional ha de establecer unas clases políticas, sean estas simples o complejas.
Acabo de asistir a mi primer mitin, más allá de los que se desarrollan en estas fechas en las televisiones. Mi opinión del hecho: muy triste.
Lo primero que me llama la atención es por qué se intenta dar al ciudadano la opinión -curiosamente sólo en estos momentos de cada cuatro años- y en estos actos sociales no se permite levantar la mano y hablar ni a dios. Luego está el tema del animal político, ese ser que cuando se pilla sólo y arrinconado, como buen representante de su profesión, no puede recular y desaparecer porque tiene que presentar una fachada de lo que intenta vender por muy humo que sea, y escucha o al menos simula escuchar al ciudadano de la calle. Su gran defecto se basa precisamente en lo que venden como su gran virtud: no escuchan.
Es una situación muy triste, pero está claro que aunque unos hagan más que otros, todos tienen en común el dicho de "prometer hasta meter y una vez metido, olvidar lo prometido".
¿Qué pasaría si se presentara alguno que escuchara al pueblo -hablo de un nivel local-? ¿Y si no sólo escuchara si no que su lema fuera "haremos lo que nos dejen pero por lo menos lo intentaremos"?
Si en el fondo, con ponerse a caldo unos a otros y sacar la fachada X días cada cuatro años lo solucionan todo. Luego una vez apoltronados, se acabó lo que se daba.
Y está claro que como no sea metiéndose en un tinglado de estos y con mucha jeta, nadie progresa en la vida. Mi gran problema es que no acabo de encontrar un "grupo" que me llame realmente a afiliarme y eso que como estoy al paro me sale -casi- gratis.
Conclusión: estaré en la ruina toda mi put* vida por ser un animal apolítico :-(

Etiquetas: