miércoles, 15 de abril de 2009

Calma oscura

"Vivir en un pozo es una sensación profunda"

Podría ser una buena frase para comenzar una novela negra de tintes irónicos pero no deja de ser un pan mio de cada día, y, por ende, una ironía con tintes de novela negra.

Es curioso como siempre resulta peligroso eso de escupir para arriba: a la fuerza acaba cayéndote encima y como lo de probar para ver si funciona es cosa humana, por mucho que odies algo, acabas intentándolo.

Siempre he odiado a los psicólogos -no se me irriten, es que lo de que otro alguien igual que tú intente decirte cómo solucionar tu vida cuando la suya puede ser un caos aun mayor que la tuya no me resulta un poema si no una epopeya bélica-. He conocido a pocos, pero cada uno dejó una pista al desconsuelo con alguna afirmación inoportuna.

La cuestión es que acabé pasando por el diván y es una experiencia triste: la realidad dice que el diván no existe y que la esperanza del anhelado y mullido sofá en el que el paciente se reclina para, en un arrebato de desinhibición quizás causado por la bajada de tensión propia de la postura, contar sus problemas a un doctor disfrazado de intelectual con gafas caídas que apunta notas en una pulcra libreta blanca con una lujosa estilográfica... Siempre me vendrá a la cabeza la famosa imagen de Woody Allen... pero no.

La realidad es una puerta gris tras la que se esconde una habitación gris con lámparas fluorescentes incrustadas en un techo de cuadrados grises cuyo único adorno es una mesa también gris y tres sillas negras a los que se une un carrito cargado de expedientes, más abarrotados los unos, más vacíos los otros.

La realidad es la incomodidad de la postura en una silla incómoda respondiendo a preguntas incómodas ante un desconocido incómodo que oculto tras unas gafas anota en un sórdido papel amarillo con un bolígrafo bic todo aquello que respondes desde tu pozo.

Hay miradas y miradas. Hay miradas que relatan mundos sin palabras. Hay miradas que preguntan sin abrir los labios y miradas que hacen sentirse miserable al más pintado.

Desde el pozo, la mirada superior simplemente preguntaba un sencillo ¿cuál es la causa del problema? Claramente: si lo supiera, no esperaría dentro del pozo no pudiendo siquiera mirar hacia arriba. ¿Será que no hay causa? Entonces, ¿por qué estás así?

Si no hay causa y estoy así, entonces sí que tenemos un problema: debo encontrar el sentido de la vida. Lo peor es que lo único que se me ocurre es "42" -y sólo yo pillo la gracia-.

Hizo una última anotación, recetó y firmo la receta. Y cerró el informe hasta la próxima visita a la habitación de la puerta gris.

Diagnóstico: tenía razón, es escasez de serotonina.

O como dice el sórdido papel amarillo, depresión. Nada que no supiera ya...

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3 Comments:

Anonymous fantapodrida said...

ehhh ¡¡¡

16 de abril de 2009, 17:16  
Anonymous velice said...

Pues yo lo único que deseo es que estés bien. Prueba a darle una patadita a ver si eso de anima ;)

16 de abril de 2009, 18:57  
Anonymous fanta said...

No veas desmontando a harry de nuevo.

yo tambien deseo eso por lo que te repito de nuevo: EHHHHHH ¡¡¡

16 de abril de 2009, 20:02  

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