martes, 18 de mayo de 2010

Luchar contra molinos

Ayer leí que tenía gente cercana encerrada en su empresa a la espera de que su situación se resuelva y la cosa no pinta nada bien. Nada porque salta a la vista que el asunto siempre fue un chiringuito: alguien con pasta y amigos vio en las subvenciones y los famosos Fondos Mineros europeos un momento apropiado para el lucro y montó una empresa.

Se lo montó también que la empresa era anunciada a bombo y platillo como un exponente tecnológico y de la recuperación de las Cuencas Mineras. Lo peor es que todos nos lo creímos. Igual que nos creímos durante años el asunto este de los movimientos punteros tecnológicos y de la pila de empresas con visión de futuro que se estaban generando en toda Asturias. ¡Qué grande el Principado que te daba dinerito para montar tu negociete y además te conseguía más pelillas europeas para que la cosa saliera más barata!

La cuestión es que cada día que pasa se demuestra más que ese dinerito venido del cielo, o más bien de Oviedo, no dejó de repartirse entre caza recompensas, que al cumplir las fechas justas pactadas de mínimo tiempo de existencia para esas "empresas" desaparecen.

No sé si es un bajón más, si es un dolor de cabeza al ver lo podre que está el sistema en el que estamos inmersos o, simplemente, el hecho de levantarte un día y darte cuenta de que todo eso de ayuda al prójimo y solidaridad, principios y otras zarandajas similares, son puros espejismos: si tienes un colega político que pueda hacer un chanchullo por ti y repartir la pasta a medias para así lucraros los dos, lo haces pese a quien pese y que le den por el ojete al resto del mundo, que tú ya sacaste lo tuyo.

¿No se debería de tener en cuenta la marcha de ese dinero y que su uso sea el que en origen era su destino? Sí, claro, otra cosa es que la podredumbre que nos rodea se haga la ciega y todos contentos.

Somos un fraude. Todo es un fraude. Las ayudas al desarrollo, los fondos mineros, las empresas punteras tecnológicas, las ayudas a la compra de material informático o coches, el cheque bebé, el salario social... todo es mentira, simples palabras bonitas adornadas con dos duros que nos cierran la boca alimentando nuestra comodidad momentánea.

Y al final, ¿qué?

Al final, nada.

Estos están encerrados en la empresa. Más vale que se lo tomen como un "campamento de verano" donde van de cachondeo porque otra cosa no van a conseguir. Su empresa es un tongo, un fantasma chupaperras que se mueve por todo el territorio español a la búsqueda de más dinero y montando sedes ficticias en viviendas privadas que en ocasiones ni siquiera existen. Casi tanto como las medidas anticrisis de nuestro gobierno, o más bien desgobierno.

Será que estoy cansada de hipocresías, que veo que no puedo hacer nada y que ni mi propio entorno soy capaz de solucionar, que toda esta situación es una lucha contra molinos. No gigantes que en realidad no lo son, si no molinos de verdad contra los que no te importa chocar aunque sabes que la hostia te la vas a dar seguro.

Y con todo este panorama, que la máxima preocupación sean las elecciones inglesas, las políticas de igualdad y lo cabrones que son la oposición que se andan regalando trajes con fondos públicos... Me tiran de un webo las políticas de igualdad y tantas otras gilipolleces similares que no dejan de llenar la boca de algunos y que son puro humo, hablando en plata. Son todo mentira, meros espejismos para distraer la atención de lo que en realidad importa.

Lo que habría que hacer es solucionar las cosas y dejarse de adornos publicitarios.

En fin... porca miseria de sistema.

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