jueves, 8 de julio de 2010

Efectos colaterales

Madre mía, el pedazo ataque de pánico que tuve este mañana, pero de los gordos gordos.

La cosa es que me encantan las plantas, tanto que tengo la casa llena.

Tenía una de la que estaba orgullosa porque fue un regalo de un amigo y llegó la probitina un poco dañada de estar en la tienda pero lo superó, tanto que se puso que parecía un árbol, preciosa. Era un tronco del Brasil. Llegó con dos troncos y tres palmerinas y se convirtió en dos árboles y ocho brotes de hojas enormes. Normal: estaba abonada de cojones.

Regué como siempre y cuando estaba regando las orquídeas de alrededor me fijé en que en la tortuga de adorno que tenía en la tierra del tronco había algo negro que se retorcía y al fijarme vi que toda la tierra, el plato y el agua estaba llena de gusanos negros huyendo del agua que acababa de echar.

Me comenzó a picar la mano con la que estaba sujetando la botella, notaba gusanos imaginarios corriéndome por todo el cuerpo, respiración acelerada, vómitos, aceleración del ritmo cardíaco, tics en los ojos a lo bestia... vamos, lo que se llama un ataque de pánico en toda regla a causa de los putos bichos.

Menos mal que estaba el nene en casa para escuchar mis gritos desde el otro extremo de la habitación, pegada a la pared del pasillo, de que tirase la planta a la basura. Y el tiesto. Y que quitase los bichos de la cortina, que asco, por dios, que vómitos, que llorera que me entró.

Sabía que tenía pánico a los bichos con alas tipo avispas y abejas, y a los cangrejos pero ya conseguí cogerlos en la mano, pero lo de las lombrices y otros gusanos... Vamos, que asimilar aquella planta hirviendo de bichos que se retorcían conque podía haberla tocado -la había tocado muchas veces- y que podían haber pasado a ser parásitos intestinales... Unas tres horas me duró el tembleque, el acelerón y la paranoia mientras que el nene se afanaba en limpiar el desastre, pobre.

Hay que joderse, la que lié: llamé a amiga enfermera en pleno ataque preguntándole por los parásitos intestinales, fui a la farmacia a por un antiparasitario... y al cacho largo tuve que echarme porque me caía.

Manda cojones, y dicen los foros que es bueno tener lombrices en las plantas porque así reabonan la tierra. La madre que me parió, con lo que me gustaba esa planta y casi me matan de un susto sus inquilinos :-(

Alguno la sacaría del contenedor, porque era preciosa, con sus montones de bichos arrastrándose, brrrr todavía me respigo entera sólo de pensarlo.

Pero que pena me da :'(

Claramente no todos tenemos pánico a los gusanos y otros se lo toman de otra manera:
lombriz

Menos mal que estabas en casa, anda.

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5 Comments:

Blogger Anisor said...

Brrrr... de leerlo se me ponen los pelos como escarpias. Y mira que yo soy bastante racional con los bichos, pero pensar en tal cantidad conviviendo con uno sin saberlo... Brrrrrrrr! En nuestros latifundios admitimos arañas con la esperanza de que acaben con los pulgones. Lo que me hace pensar... si tus gusanos son muy temibles y piensas que podrían terminar con nuestra plaga pulgonil, te adopto a unos cuantos. Pero pocos. Brrr.
Saludos tranquilizadores, maja!

8 de julio de 2010, 17:38  
Blogger Hiroshige said...

Calla por dios, como alguien haya recogido la planta de la basura va a flipar cuando "vuelvan a salir" :-$

8 de julio de 2010, 19:35  
Blogger Nuria said...

Gusanos negros??? con que coño abonais en la cuenca??? jjjjj
Pobre hiro... gracias que no tines una compostadora como yo en el jardin llena de gusanitos hacien compost!!!!

8 de julio de 2010, 21:10  
Blogger Rastreador said...

Va, mira que eres, esos bichos en un sartén con un buen sofritín de ajos y un poco de jamón tan pa chupase los dedos. =;-)

8 de julio de 2010, 21:32  
Blogger anita said...

brrrr mejor ni pensarlo!!

12 de julio de 2010, 17:55  

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