domingo, 10 de octubre de 2010

Cual lagarto de V

Lo más parecido que debe de haber en esta vida a ser un lagarto de V y que te arranquen la piel a tiras, son los parches de voltarén que me dieron ayer en la farmacia para la tremenda tortícolis con la que me levanté.

Hoy por la mañana al retirar el apósito, vaya sensación más rara: como si te arrancase un trozo importante de epidermis elástica y bien pegadita a los músculos.

Eso sí, parece que puedo mover algo más el cuello... Creo que con una ración de mimos con chocolate, a lo mejor se me pasa x-)

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