martes, 17 de febrero de 2015

Morvarch

Hacía tiempo que no me ponía a tejer, más que nada por el miedo a que el bicho se clave una aguja,así que este ha sido tejido con nocturnidad, prisa y alevosía, y eso ha repercutido en el resultado de muy mala manera.

Me encantaba el patrón. El centro es complicado y requiere mucha atención, las alas son muy aburridas y el resultado es una estola de las que van para "el cajón del algún día se lo daré a quién lo merezca".

El color es un interesante turquesa y es de esos que sólo se consiguen con un buen retoque fotográfico porque huye de las fotos. La prueba:

Todas son de la misma pieza y ninguna muestra el color original.

El resultado tiene varios errores, como los empalmes con nudo de la lana que dejan un bonito plumero -sí, es más que necesario hacer una unión pseudoinvisible porque con lo que cuesta hacer un chal, la cagada no lo merece...- y hay que añadir la falta de una buena alfombrilla de bloqueo -en casa del herrero...- que me llevó a estirar más un lateral que el otro.



En fin, un cúmulo de despropósitos, pero es bonito.

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2 Comments:

Blogger virtudes said...

Es una joya. Eso no se regala , se hereda!

17 de febrero de 2015, 21:02  
Blogger Hiroshige said...

Gracias Virtudes.

Yo los veo como el trabajo del tejido. Una vez terminados, alguno me llama más que otro y me lo quedo y lo uso pero por lo general, los acabo dando todos.

17 de febrero de 2015, 21:14  

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