jueves, 12 de noviembre de 2015

Cada vez que intentas mantener la calma en una conversación con tu suegra y te suelta eso de "y voy a hacer lo que me de la gana con la cría, digas lo que digas", es cuando te das cuenta de que cada nueva oportunidad que le das es un error y que no puedes ser más imbécil.


¿No le entrará en la cabeza que no es su hija y que tiene que tener un mínimo de respeto con su madre para que su madre se lo tenga con ella?

No, si está claro que desde la primera vez que la pillé diciéndole a la cría que llamara"mamá", ya tenía que haber iniciado los trámites para cambiar de planeta.

Su puta madre.

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