martes, 30 de enero de 2018

Propósitos de cuarentena

Retomar el Nihongo...

Retomar los pinceles...

Hacerlo a la vez....

En fin, seguir a lo mío... que para eso moló siempre más que el mundo real, como dice Guillermo del Toro.

Estoy empezando a pensar que el tema de la crisis de los cuarenta es como esa idea extraña de la explicación de los agujeros de gusano y los viajes en el tiempo: coges una hoja de papel,marcas dos puntos y la doblas de tal manera que ambos agujeros se toquen.

Unos de los puntos eres tú cuando tenías 20 años.
El otro eres tú a los 40.

Y el viaje, literal, incluyendo el sentido metafórico de "la hostia que te pegas" que se le puede dar a la palabra "viaje" está servido.

Como cada año que pasa, cabe lugar a la reflexión del qué he hecho con mi vida. No es que los haya cumplido ya. Es que de repente, la sensación del pasar de los "treinta y" a los "cuarenta" acojona.

Vaya. No es que no haya hecho nada. He hecho mucho más que la media. La hostia más que la media (tengo el ego subido, se nota ¿no? Es que acabo de salir de la peluquería...). Pero en cierto sentido hay un sabor agridulce en la boca.

Unas arruguillas debajo de los ojos, esas sienes plateadas, de los kilos ya ni hablamos... Luego está el "¿Te acuerdas de algo de lo que querías ser, hacer? ¿De lo que pensabas? ¿De las convicciones que tenías? ¿De las aficiones?¿ De las aflicciones?".

Sí  y no. Recuerdo que no tenía claro lo que quería ser, que toda la vida se guió por lo que llegaba y la adaptación al cambio, algo que siempre me asusto tremendamente. Recuerdo recuerdos de pensamientos tristes, de las mismas convicciones que tengo ahora, de las mismas aficiones, de las mismas aflicciones.

Curiosamente los dos puntos se juntan en la hoja de papel, con 20 años de diferencia, son como la persona real y proyectada por un espejo: la real y la presunta realidad, que te enseña lo que crees que ves pero que nunca será una realidad porque se ve deformada, transformada.

Serán los recuerdos, que cambian con el tiempo...
Será el cambio de mentalidad que dan los años...
Será "el punto de inflexión" famoso de cuando te llevas una hostia muy grande y el mundo cambia para siempre: o te hundes o flotas con la sonrisa puesta...

No lo sé.

Lo único que sé es que de repente, los 20 vuelven a los 40 y las personas que poblaban aquellos años vuelven y no recuerdo nombres, ni sucesos, ni discusiones por qués de motivos extraños por los que ahora hago cosas que no entiendo.

Vuelven miradas furtivas que no se comprenden pero ahora la perspectiva es otra.

Eres tú quien decide.

Soy una "hortera" vistiendo y me da igual.
Soy una romántica en el sentido artístico y melancólico de la palabra, ¡exquisitos cadáveres!
Vivo en otro planeta, lo sé.
Se me olvida casi todo, cosa que a veces agradezco.
Y gracias a ciertas personas, he encontrado pequeños lugares que hacen del mundo un sitio más amable, incluido el club de "melapelas" -gracias, eres la caña-.

He decidido volver al Nihongo y a los pinceles.

Y por qué no, hacerlo a la vez.



Ella Fitzgerald & Louis Armstrong, Dream a Little Dream of Me

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